Hola a todos! Continúo con el relato de mi primera experiencia con un musculoso. Pasada una semana de la primera cita, mandé un mensaje al hombre musculoso por si quería que volviéramos a quedar. Al rato recibí un mensaje afirmativo, para quedar ese mismo fin de semana. Pero esta vez en vez de citarme en un bar o cafetería me pasó la dirección de su piso. Quedamos por la tarde tras comer con la idea de tomar un café. De los nervios que tenía apenas comí ese día y salí pronto de casa, quería ser puntual. A la hora acordada llamé a su timbre y me abrió el portal. Debo confesar que estaba bastante nervioso y expectante a la vez. Cuando abrió la puerta de su piso, se me cayeron los ojos... Me abrió la puerta en pantalón largo de pijama suelto y camiseta blanca de tirantes. Sus deltoides eran impresionantes y sus pectorales rebosaban la camiseta. Me invitó a pasar y nos saludamos con apretón de mano. Llegamos a su salón y me indicó que me sentara en el sofá. Desde la cocina me preguntó qué quería tomar. Un té le pedí. Mientras lo preparaba observé su piso. Era bastante ordenado y limpio pero lo que más me llamó la atención fueron varias fotos que tenía puestas en la pared. Eran de el, en blanco y negro, de gran tamaño haciendo poses de culturismo. El corazón me latía a mil... Volvió con la bandeja con el té y se sentó a mi lado. Empezamos a charlar y mis ojos no se quitaban de sus brazos, sus voluminosos biceps y sus bien formados deltoides. En un momento decidí lanzarme y decirle que me encantaban sus fotos en la pared. Él se sonrió y me dijo que tenían ya sus años, que eran de su época de stripper. Me dijo que tenía más en un album y me preguntó si quería verlas. Naturalmente le dije que sí. Trajo el albúm y me lo dio. Se acercó a mí para comentarlas. Su cercanía hacía que me pusiera a mil... Suerte que sujetaba el album con ambas manos. Me enseñó fotos con compañeros suyos de espectáculo, fotos de actuaciones... ¿te gustan, verdad? Me preguntó. Sí le balbuceé. Y él más lazado que yo me dijo pues no tengas miedo en tocar y cogiendo mi mano me la puso en su pecho musculoso sobre su camiseta. ¿Puedo? apenas dije con un hilo de voz. Claro-confirmó el. Y meti mi mano bajo su camiseta de tirantes disfrutando del relieve de su torso, depilado, duro, voluminoso.... y dejando el albúm empecé con la otra mano a disfrutar de sus brazos, recorriendo su antebrazo, sus biceps redondos, sus perfectos deltoides,,, Me encanta-apenas podía decir. Y el me sonreia mientras apretaba músculo.
En otro rato continúo con el recuerdo. Espero que os esté gustando